¿Te ha pasado que tú dices algo con buena intención y la otra persona reacciona de forma totalmente inesperada o exagerada? No es que esté loca… lo que pasó fue que el diablito traductor se metió en la conversación. Ese personaje mental que transforma lo que el otro escucha según sus propias heridas emocionales, haciéndole entender algo que tú nunca dijiste.
Esto ocurre más seguido de lo que creemos. Decimos "No era eso lo que quise decir"... pero ya es tarde: el otro escuchó desde su herida. Si tiene herida de rechazo, todo lo que digas puede sonar a "no te quiero". Si tiene herida de traición, cualquier comentario puede sentirse como una amenaza. El problema no es el mensaje, sino el filtro por el que pasa.
¿Y cómo lo manejamos? Primero, reconociendo que todos tenemos un traductor interno. Segundo, observando nuestras reacciones exageradas o defensivas: suelen ser señales de que una herida fue tocada. Y tercero, aclarando. Frases como: "¿Me puedes repetir qué entendiste?" o "Eso no era mi intención, ¿cómo lo interpretaste tú?" ayudan a devolver la conversación a la realidad.
EL RETO DE LA SEMANA
Esta semana observa cómo reaccionan los demás a lo que dices. Si alguien responde de forma inesperada, no te pongas a la defensiva. Pregunta con curiosidad: "¿Cómo lo entendiste?". Y si eres tú quien se siente tocado, haz una pausa y pregúntate: "¿Desde qué herida estoy escuchando esto?". A veces, el verdadero problema no es lo que se dice, sino lo que el diablito tradujo.
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Excelente articulo muchas gracias