Nos lo repiten como un mantra: “Sigue tu pasión y nunca trabajarás un solo día de tu vida.” Vemos historias de chefs famosos, músicos brillantes o emprendedores tech que parecieran vivir su sueño 24/7. Pero, seamos realistas: según Harvard Business Review, solo el 20% de las personas sienten verdadera pasión por su trabajo, y aún menos viven de un talento excepcional.
Entonces, ¿qué hacemos el otro 80%? Aquí va una mejor idea: no se trata de hacer lo que amas, sino de amar lo que haces. ¿La clave? Alinear tu trabajo con tu forma de ser. Si disfrutas del análisis y los detalles, busca roles donde eso sea esencial. ¿Te energiza la interacción humana? Necesitas conexión con personas. ¿Eres ágil y te encanta tomar decisiones? Un entorno dinámico es tu lugar.
No persigas el trabajo perfecto. Persigue uno que encaje contigo, con tus fortalezas y tu forma de ser. Y si tu trabajo actual no lo hace, tienes dos caminos: búscate uno que sí lo haga o rediseña tu enfoque para encontrar lo que sí disfrutas en él. Porque cuando lo que haces resuena con quién eres, trabajar también puede ser un acto de disfrute.
EL RETO DE LA SEMANA
Piensa en tres cosas de tu trabajo actual que sí se alinean con tu forma de ser. Elige una y piensa cómo puedes potenciarla esta semana. Enfócate en disfrutar más de eso, aunque lo demás no sea perfecto.
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