¿Qué huella estás dejando?

Cuando era parte de los scouts, al llegar a un campamento, nuestra líder nos reunió y dijo: “Vamos a dejar este lugar…” Yo pensé que iba a decir: “igual que como lo encontramos”. Pero para mi sorpresa, terminó la frase con: “…mejor de como lo encontramos”. Esa enseñanza me marcó para siempre.

Y con los años entendí que no era solo una consigna para la naturaleza, sino un principio de vida —y de trabajo. En el mundo corporativo, donde los resultados mandan y el ritmo es vertiginoso, a veces olvidamos que cada uno de nosotros tiene la capacidad (y la responsabilidad) de aportar. No siempre con grandes ideas o transformaciones radicales, sino con esos pequeños gestos que suman: mejorar un proceso, compartir una herramienta útil, anticiparse a un problema, apoyar a un colega que lo necesita.

La diferencia entre un colaborador valioso y uno extraordinario muchas veces no está en lo que se le pide, sino en lo que elige ofrecer. Porque mientras unos se limitan a cumplir, otros eligen contribuir.

EL RETO DE LA SEMANA

Hoy te dejamos este reto: en tu próxima reunión, entrega o conversación, pregúntate —como en aquel campamento— ¿cómo puedo dejar esto mejor de lo que lo encontré? Tu aporte, por pequeño que parezca, puede ser justo lo que haga la diferencia.

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