En un mundo donde el ritmo no da tregua, detenerse a decir “gracias” puede parecer un lujo. Pero en realidad, es una de las inversiones más rentables que puede hacer un líder. Recuerdo una vez que, después de un proyecto intenso, recibí un simple mensaje de un colega: “Gracias por tu compromiso, hizo la diferencia”. No tomó más de 10 segundos… pero me motivó por días.
Dar reconocimiento no cuesta, pero vale muchísimo. Eleva la moral, fortalece relaciones y multiplica el compromiso. Y no necesita un acto heroico: basta con observar, valorar y expresar.
Pero ojo: no todo reconocimiento es igual. Para que realmente impacte, debe ser específico.
Olvidemos por un momento el clásico “buen trabajo”. En su lugar, probemos esto:
“La forma en que explicaste los descuentos al cliente fue clara y efectiva.”
“Los colores que elegiste para la presentación ayudaron a destacar lo importante.”
“La longitud del informe fue perfecta: conciso y al grano.”
Esa es la clave: reconocer comportamientos concretos. Así, el mensaje no solo motiva, también guía y construye confianza.
EL RETO DE LA SEMANA
Te invitamos a practicar esta técnica: elige a alguien de tu equipo y agradécele por algo específico que haya hecho bien. Verás cómo un gesto sencillo puede transformar el ambiente laboral.
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Porque siempre aciertan , gracias por ver la cosas difíciles en algo tan fácil , gracias a ustedes .