Piensa en la palabra "conflicto"... ¿te genera rechazo o entusiasmo?
Para muchos, el conflicto es algo desagradable que tratamos de evitar, por lo que muchas veces terminamos cediendo a otros puntos de vista, aunque no estemos de acuerdo.
Si, por el contrario, te entusiasma, es posible que pongas el conflicto sobre la mesa sin darte cuenta de que otros terminan amedrentados y te dan la razón solo por evitar enfrentamientos.
La clave está en entender que el problema no es el conflicto, es la fricción.
El conflicto es el ingrediente que logra que los equipos sean realmente poderosos. Es la gasolina que los mantiene funcionando hacia los mejores resultados. Al final, es lo que hace que cada miembro sienta que vale la pena trabajar juntos, en equipo, y que esas discusiones siempre terminen en algo mucho mejor de lo que una sola persona podría haber logrado.
Pero cuando el conflicto genera fricción, ese combustible se vuelve inflamable y puede causar quemaduras emocionales. La fricción aparece cuando nos lo tomamos personalmente o cuando nos expresamos de manera que otros se lo toman personalmente.
La clave para mantener un alto nivel de conflicto y un bajo nivel de fricción está en concentrarse en las ideas y no en las personas. Decir "No creo que esta solución funcione por XYZ razones" en lugar de "Tú siempre propones ideas que no funcionan".
Así que deja de huirle al conflicto y promuévelo, cuidando siempre que se centre en las ideas y protegiendo susceptibilidades.
EL RETO DE LA SEMANA
Esta semana es la semana del conflicto. Si no estás de acuerdo, exprésalo. No tengas miedo a poner tu opinión sobre la mesa y ábrete a escuchar los puntos de vista de los demás. Focalízate en las ideas y protege a las personas. Tu reto es lograr conflicto sin fricción.
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Me gustó la comparación del conflicto con la gasolina… muy claro.