Tu cabeza es como una pecera de agua cristalina con la que puedes pensar con claridad. Te permite participar en reuniones y generar ideas brillantes o interactuar con tus colegas y hacer equipo.
Ahora imagina que tienes instalado en el pecho una consola con varios botones.
Cuando alguien acciona uno de ellos, un chorro de arena es empujado hacia tu pecera y el agua se pone turbia.
Mal asunto. Ya no piensas con claridad. Dices y haces cosas que no son tan brillantes, cosas de las que muchas veces te puedes arrepentir.
Todos tenemos botones.
Los míos se accionan fácilmente cuando me siento atacado, cuestionado o agredido. Da igual que la intención de los demás no sea esa, mi diablito traductor se encarga de accionarlo, el chorro de arena enturbia mis pensamientos y empiezo a decir y a hacer cosas que la mayoría de las veces terminan mal.
Cuando el agua está turbia, la mejor forma de recuperar la claridad es dejar que se asiente.
Si has desarrollado cierto grado de inteligencia emocional, serás una persona funcional aún con el agua un poco turbia, pero también sabrás identificar cuando está tan revuelta, que lo más inteligente es parar, aplazar la conversación o la decisión, esperar a que la arena se decante y retomar con cabeza despejada.
EL RETO DE LA SEMANA
Esta semana haz consciencia del nivel de claridad de tu pecera. Date cuenta de quién y bajo qué circunstancias tus botones emocionales se accionan y si tienes una situación en la que el agua se enturbie demasiado, prueba parar hasta que logres que se asiente.
Para descargar el portafolio completo de módulos DO IT, simplemente haz click en DESCARGAR.
Ha sido un reto. GRANDE. Un reto manejar la pecera cuando está turbia… y manejar los pensamientos para que no se llene de areta tan frecuentemente. De las cosas que más agradezco haber logrado en este medio siglo de vida.