Hoy te vamos a pedir que hagas uso de tu imaginación.
Se trata de un ejercicio que hacemos en uno de nuestros talleres así que empieza por imaginar un salón rectangular con un grupo de 20 personas como tú. Todas están de pie alrededor del salón contra las paredes.
Le entregamos a cada uno un Post-it pequeño de color verde neón y les decimos: “van a tomar este Post-it y lo van a pegar en la pared que tienen frente a ustedes lo más alto posible.”
Ahora imagínate a todo el grupo haciendo su mejor esfuerzo y saltando muy alto dejando pegado su papel. Al terminar esta primera etapa podrás imaginar una línea, bastante irregular por cierto, de papelitos verdes en la parte superior de las paredes del salón. Le preguntamos al grupo: “¿esto es lo más alto que pueden?” Y todos siempre contestan: SI.
En el siguiente paso, les entregamos otro Post-it, ahora de color naranja neón y les decimos: “ahora van a tomar este papel y lo van a pegar más arriba que el verde”. Las risas y expresiones de cómo va a ser posible llenan el salón de inmediato, pero a todos se les nota el ánimo y aceptan el desafío.
¿Qué crees que sucede? ¿Crees que logran pegar el papel naranja más arriba del verde? ¿o no?
En el 99% de los casos el papelito naranja queda arriba del verde. Es impactante verlo. Imagina la sala ahora con las dos filas de papelitos arriba en la pared donde la fila naranja está por encima de la verde.
Lo curioso es que la instrucción inicial fue ponerlo lo más alto que pudieran y, aunque todos creen que eso es lo más alto, la verdad es que no, siempre pueden más.
Y… ¿sabes por qué pasa esto, es decir, por qué siempre se puede más? No es por lo que estás pensando que seguramente es que uno siempre puede más de lo que cree si se exige… No, esa no es la razón... la razón es que tenían un referente.
El papelito verde les dio un meta, podríamos llamarlo una marca a batir. Cuando saltaron la primera vez no la tenían, en cambio la segunda vez tenían los ojos puestos en un lugar específico al que querían llegar y lo lograron.
Lo que no se mide no se mejora. Si quieres mejorar es fundamental empezar por medir, de ahí la importancia de tener metas medibles que te permitan saber cómo y cuánto avanzas… de lo contrario estarás desperdiciando tu potencial.
EL RETO DE LA SEMANA
Aplica este consejo de medir. Piensa en alguna actividad ya sea personal o laboral que quieras mejorar y comienza por medir el estatus actual. Algunos ejemplos para que te inspires son, cantidad de agua que tomas, tiempo que dedicas a algo, cantidad de veces que das retro alimentación a alguien. Cuando tengas tu estatus actual entonces ya podrás ponerte la meta de mejorarlo. Hazlo con algo sencillo, no te compliques la vida.
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