Está claro que todos tenemos talentos diferentes. Yo creo que como en algunas películas, cuando estamos haciendo la fila para venir a este mundo, nos entregan un set de talentos, uno de los cuales es clave en nuestra vida profesional.
Para mí, ese talento es idear. Automáticamente, en mi mente, una conversación, un artículo o un nuevo software, se convierte en una idea práctica. Esto, aunque suena genial, viene con sus desventajas. Ser un generador constante de ideas significa también ser el iniciador de un sinfín de proyectos... que no siempre llegan a término.
Todo talento necesita un equilibrio. En mi caso, balancear la generación de ideas con la habilidad de focalizar se ha convertido en una tarea crucial. Además, he descubierto la importancia de rodearme de personas cuyos talentos complementen el mío.
Si tu talento es la organización, quizás necesites aprender a ser más flexible. Si tu fuerza radica en la empatía, cuida de no olvidarte a ti mismo en el proceso. Y si lo tuyo es analizar, asegúrate de que la acción no quede en segundo plano.
Conocer nuestro talento es clave para maximizar nuestro brillo personal y nuestros resultados en el trabajo. Pero igual de crucial es encontrar ese verbo complementario o esas personas que nos ayuden a equilibrar nuestra ecuación personal.
EL RETO DE LA SEMANA
Esta semana, concéntrate en descubrir ese talento que te puede ayudar a sacar todo tu potencial para que al hacerlo consciente le saques más provecho. Identifica también cómo ese mismo talento puede limitarte y la manera de equilibrarlo.
Un buen ejercicio es observar a tus compañeros de trabajo y familia y resumir en un verbo su mayor talento, luego compartirlo con ellos a ver si están de acuerdo.
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