Alguna vez te ha pasado que te dicen “No estás escuchando nada de lo que te digo”. ¡Claro que sí!, contestas, acabas de decir que Pamela no ha enviado la información porque algo le pasó con su portátil. Pero la verdad, en el fondo sabes que no estas escuchando; eres capaz de repetir las palabras casi exactas de lo que te acaban de decir, pero sin prestar atención realmente a lo que te están diciendo.
Ese es el primer y mínimo nivel de escucha; casi que lo podríamos llamar simplemente oír… no escuchar. Usualmente nos pasa cuando aprendemos hacer dos cosas a la vez… seguir viendo la serie y escuchar, seguir sirviendo la comida y escuchar, seguir contestando un mensaje y escuchar.
Luego tenemos el segundo nivel de escucha que es cuando estás poniendo atención, es decir, no estás distraído con nada de afuera. Sin embargo, tu voz interior, esa que opina constantemente, se encuentra evaluando, juzgando, argumentando y preparando lo que va a decir tan pronto tenga la oportunidad de intervenir o de interrumpir.
El problema de este segundo nivel de escucha es que no te permite tener un panorama completo antes de opinar. Además de irrespetuoso, es ineficiente. Es como si estuvieras haciendo una crítica culinaria cuando la comida todavía se encuentra en la olla sin haber terminado su cocción. Injusto ¿no te parece?
Ahora hablemos del nivel tres. En este nivel el objetivo es entender al otro. Pare ello necesitamos:
- Mirar a la persona (ojalá con toda nuestra actitud corporal).
- Esconder la voz interior por un rato (amordazarla y sentarla en una silla apartada).
- Hacer preguntas de exploración que nos ayuden a entender (qué, cómo, cuándo, dónde y porqué).
Este nivel se desencadena cuando dejamos de hacer lo que estamos haciendo, generamos contacto visual y nos ubicamos en posición de atención. En ese momento nuestro cuerpo manda a nuestro cerebro el mensaje “vamos a escuchar con atención pues queremos entender”.
En nuestra experiencia cuando te acostumbras a escuchar en nivel tres, las opiniones que emites son más acertadas y de mayor calidad.
EL RETO DE LA SEMANA
Esta semana cuando te hablen, practica dejar de hacer lo que estás haciendo y cambiar tu postura en función de escuchar al otro. Si estás en el teclado, deja de escribir y aleja las manos, si estás mirando tu teléfono déjalo, ponlo boca abajo, si estás caminando, detente… y así… Luego simplemente observa lo que ganas.
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Es un mal hábito que ya se nos ISO costumbre no es lo mismo oír que escuchar muy buena reflexión
excelente reflexión, lamentablemente un gran porcentaje no escucha y eso debemos cambiar.
Me parece muy importante la explicación, con mucha frecuencia caemos en la escucha de nivel 1, para tener éxito se debe entender interpretar y concluir siempre a las personas con las que interactuemos. Es una práctica que nos garantiza crecer como personas
Gracias por toda la información en ocaciones pensamos que hacemos las cosas correctas y con esto nos damos cuenta que nos falta mucho por aprender