Había una vez un pescador que tenía 3 hijos y una barca.
Los hijos se llamaban Procrastino, Precrastino y Nocrastino y sus amigos los llamaban cariñosamente “los tinos”
Todos los días los hijos se embarcaban en busca de una misión, llegar a la otra orilla del río.
Para eso contaban con una vieja barca, un par de remos y una cubeta.
Y cada vez que comenzaban su jornada, arrancaban remando muy entusiasmados, pero a los pocos minutos de empezar, la barca se comenzaba a inundar porque el agua se colaba por pequeños agujeros que se formaban siempre en lugares diferentes.
Procrastino, lo que hacía, era avanzar dejando que la barca se inundara hasta que el agua llegara prácticamente al borde. Y justo antes de que se hundiera, tomaba la cubeta y desaguaba sin parar hasta que lograba que saliera a flote nuevamente.
Y Precrastino en cambio, tenía otra estrategia. Se concentraba todo el tiempo en identificar los agujeros que se iban formando y los tapaba rápidamente para que el agua no pudiera colarse.
Nocrastino había encontrado la forma ideal para mantener su barca en curso y avanzar, de una forma lenta pero constante y segura. Descubrió, que si utilizaba la cubeta a intervalos regulares para ir sacando el agua que se colaba, lograba mantener el nivel de inundación en parámetros controlados y podía mantenerse en curso.
Finalmente los trinos llegaban más tarde o más temprano a la otra orilla. Estaban satisfechos con el sistema que cada uno había desarrollado.
Pero cada uno enfrentaba problemas de diferentes:
Precrastino tardaba mucho en cruzar el río y frecuentemente terminaba lejos del lugar al que quería llegar inicialmente. Gastaba la mayor parte del tiempo tapando agujeros y no le daba tiempo de levantar la cabeza, tomar los remos y avanzar en la dirección apropiada.
Procrastino, aunque finalmente llegaba, se estresaba al ver que el agua subía y subía, pero aunque sabía que debería ponerse a desaguar, una voz en su cabeza lo convencía de que era mejor aprovechar para atrapar algún pez que se le atravesaba en el camino, sentir el viento y tomarse una cervecita.
Y Nocrastino, que veía como sus hermanos lo rebasaban al comienzo, terminaba llegando siempre, al lugar adecuado y a tiempo… pero no atrapaba peces en el camino, ni se permitía tomarse una cerveza.
¿Y tú? ¿A quién te pareces más? ¿Vas por la vida procrastinando, dejando todo para el último momento? o ¿estás tan atrapado por lo que surge en el día a día, tapando agujeros y apagando incendios pero no remando en la dirección que quieres?
Nocrastino, ese que se programa, se organiza y tiene un sistema para gestionar sus prioridades vive con menos estrés y es más eficaz.
EL RETO DE LA SEMANA
Esta semana tu reto es identificar tu personaje más frecuente. Ponte atento para darte cuenta si tu día se compone principalmente de carreras para cumplir el deadline, de actividades que corresponden a prioridades de otras personas o si tienes un sistema de organización que te permite remar en la dirección adecuada.
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Excelente Platica Gracias
Hola, en general me gustan las cápsulas que nos comparten pero esta en particular me gustó mucho por la manera en que plantearon la historia y la creatividad con los nombres y las situaciones, me ayudó a reflexionar sobre el punto.
Gracias por compartir.
Muchas gracias por la información