Esa sensación de que tenemos muchas cosas por hacer no es para nada original. Lo sentían en los 70’s, en los 60’s y en los 50’s. Parece que el solo hecho de vivir en una dimensión espacio – temporal origina que el paso del tiempo nos oprima. Sin embargo, nunca antes había sido tan agobiante como en la actualidad.
Las posibilidades de aprender nuevas cosas, de viajar a lugares increíbles, de desarrollar habilidades impensables están ahora al alcance nuestras manos. Nuestros abuelos no tenían a la “vuelta de la esquina” la posibilidad de lanzarse en paracaídas un fin de semana, de aprender chino en una aplicación, de poder montar en un Ferrari de carreras o de hacer un crucero por el Nilo pagando en cuotas sin intereses.
Tampoco tenían a mano cursos para padres, libros sobre cómo hacer amigos, charlas sobre meditación, ni videos de cómo alimentarse mejor o personal trainings para ejercitar su cuerpo.
En tan solo décadas hemos pasado de una cantidad de opciones limitada a una explosión de alternativas que nos seducen cada dos por tres y que nos hacen sentir que no tenemos tiempo todo lo que queremos hacer.
Adicionalmente a eso, somos muy conscientes de que tenemos una familia que disfrutar, de que queremos seguir en contacto con nuestros amigos, de que debemos hacer algo por la sociedad y de que queremos progresar profesionalmente.
Pues bien, el problema viene cuando eso, en lugar de entusiasmarnos y motivarnos, nos agobia, nos deja insatisfechos y sin oxígeno. Queremos una vida equilibrada, solo que equilibrio no significa que debamos dedicarle tiempo a todo eso en la misma etapa de nuestras vidas.
Los seres humanos tenemos dos dimensiones con tres áreas cada una:
- Dimensión Interna.
- Bienestar Emocional.
- Bienestar Físico.
- Bienestar Intelectual.
- Dimensión Externa.
- Área Profesional.
- Área Familiar.
- Área Social.
Dependiendo de la etapa en la que estemos es lógico y sano que dediquemos más tiempo a una de ellas que a las otras. Vamos a imaginarnos un semáforo en el que ubicamos cada una de estas 6 áreas.
- Verde significa que le estamos dedicando el tiempo y energía que requiere según la importancia que tiene para mí en este momento de mi vida.
- Amarillo significa que estamos dedicando o más o menos tiempo y energía de lo que se requiere en este momento de mi vida.
- Rojo significa que esa área está en peligro porque la tengo abandonada.
Una forma de establecer nuestras metas y pasos a seguir es aplicando ese semáforo a cada una de nuestras áreas y determinar cuál debe ser mi equilibrio en este momento. Lo que es equilibrio hoy no necesariamente es equilibrio mañana y, definitivamente, lo que es equilibrio para mí, es diferente de lo que sería para otra persona.
EL RETO PARA ESTA SEMANA:
Aplica el semáforo a tus 6 áreas y observa cómo te sientes con cada una de ellas. Atiende de inmediato lo que tengas en rojo e identifica las áreas a las que les estás dedicando más tiempo del que se requiere, es posible que allí encuentres el tiempo que necesitas para lograr el equilibrio que quieres en este momento de tu vida.
MÓDULOS DO IT SOBRE EL TEMA
Priorizilina y El síndrome del tiempo son los módulos en los que trabajamos las prioridades y exploramos de fondo las dimensiones que, como seres humanos, nos permiten entrar en equilibrio.
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Excelente evaluación para saber donde estamos y tomar de manera conciente acciones para hacer estar presente en las dimensiones que tengamos olvidadas.
espactacular mensaje para parar y pensar un poco sobre nuestras verdaderas prioridades!
Excelente contenido