… a que me digan SÍ y me incumplan.
La mayoría de la gente a la que le cuesta trabajo decir no argumenta que la razón es porque “al otro no le gusta recibir un no”. Paralelamente, la mayoría de las personas, preferimos que nos digan que no a que nos incumplan. He aquí la primera paradoja. En comportamientos como estos, las matemáticas y la psicología no comulgan.
En más de 25 años trabajando este tema en nuestros cursos, hemos encontrado que es mucho más difícil emitir un no que recibir un no. La pregunta interesante acá es: Si yo estoy dispuesto a recibir un no, ¿qué me hace pensar que los demás no lo están?
Obviamente a ninguno de nosotros le agrada que le digan “lo siento, su auto no podrá estar listo antes de 10 días”, pero nos agrada mucho menos, al punto de que realmente nos disgusta, que nos digan “sí, claro, se lo entregaremos en 6 días” y que a la mera hora se haya tardado los 10 días.
Sin lugar a duda y, aunque nos resulte inconveniente, todos preferimos saber que no tendremos auto durante 10 días, pues podremos tomar las medidas necesarias para movilizarnos, que confiar en que lo tendremos en 6 días y luego durar 4 más en un limbo de excusas y desgaste con el mecánico.
Esta regla aplica exactamente igual en el trabajo. El secreto está en aprender a decir NO. Y esto significa dos cosas.
- Aprender a negociar.
- Decir las cosas como son.
Aprender a negociar significa nunca dar por respuesta un NO, escueto y sin argumentos, sin dar otra opción. “No puedo entregártelo esta tarde. ¿Está bien contigo si te lo envío mañana antes de las 10:00?” o, “No alcanzo a tener al informe comparativo, pero te puedo enviar el consolidado de lo que va del año” o, “No puedo asistir a esa hora. Te propongo que graben la sesión y yo la veo antes de la reunión de la próxima semana”.
Decir las cosas como son significa recurrir a la verdad más sencilla y este paso aplica cuando el otro no parece aceptar la negociación que le estoy proponiendo. Consiste en ser descaradamente transparentes. «Sé que quieres a toda costa que te diga que sí, pero ¿no prefieres que te diga de una vez que no voy a ir a que te diga que sí y luego no llegue?” o, “Tú sabes que me cuesta mucho trabajo decir que no, pero si te digo que sí, voy a tener que hacer horas extras y llevo una semana saliendo tarde de la oficina” o, “Estoy en un ejercicio para ejercitar decir NO proponiendo alternativas, sin tener que salir perdiendo”.
Aprender a decir que no es un reto que tenemos y es una muestra de respeto por el tiempo del otro.
EL RETO PARA ESTA SEMANA:
Durante los próximos 7 días ensaya a decir “No”. Busca alternativas en las que ganen las dos partes. Recuerda que cuando dices que sí a todo, terminan perdiendo todos los involucrados. Tú puedes… anda, anímate… ¿qué es lo peor que puede pasar si ensayas negociar y decir las cosas como son por 1 semana?
MÓDULOS DO IT SOBRE EL TEMA
Este es un tema que abordamos en nuestro curso Cómo lograr resultados ágilmente, pues para poder organizarte y llegar a donde quieres, aprender a decir NO no es una opción, es una obligación.
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Es difícil decir que no, pero como lo indica el artículo es necesario cuando corresponde
Gracias María… es verdad… pero es más difícil cuando uno queda mal por no haber dicho que no 🙂
Siempre será difícil decir un NO, pero es muy saludable tanto para la vida personal como para la laboral.
Como siempre muy chévere. Es decir no es un problema + grande de lo que creemos, pero necesario y la técnica me gustó. GRACIAS!
Excelente información y es real, me cuesta decir no y al final sido si, con la consciencia de lo que implicará, incluso de que no lo lograre.