“Ese libro está muy bueno, pero le faltó profundizar un poco más en el tema”.
¿Cuál es el principal mensaje que te queda sobre el libro? ¿Que está muy bueno o que le faltó profundizar más?
Lo más probable es que sea el segundo.
El “pero” tiene un gran poder en el lenguaje. Tiene el poder de borrar y el poder de resaltar. Cuando al expresar una opinión, estás compartiendo lo que piensas sobre un asunto y usas “pero” para dividir lo positivo de lo negativo, esas cuatro letras están borrando todo lo positivo y resaltando lo negativo.
“Me encantó tu presentación. Estuvo clara, completa y amena, pero, las diapositivas que usaste estaban un poco recargadas”.
El colega al que le pretendías dar un reconocimiento por su buen trabajo en la presentación va a quedarse con la idea de que la opinión que tienes sobre su presentación es que las diapositivas estaban recargadas.
El secreto para lograr comunicarte de manera mucho más efectiva es
Cambiar “pero” por “y”
El “pero” substituye lo que has dicho por lo que va después de esa palabra, en cambio el “y” agrega, suma más información sin disminuir el impacto de lo anterior.
“Me encantó tu presentación. Estuvo clara, completa, amena, y las diapositivas que usaste estaban un poco recargadas”.
Sigues dando una retroalimentación honesta, pero esta vez, aunque de todas maneras estás metiendo elementos “negativos”, que son muy valiosos, el peso psicológico que tienen es mucho menor.
Si substituyes “pero” por “sin embargo”, por ejemplo, no ganas nada pues sigues estando desde el mismo lugar: lo negativo opaca lo positivo. Mientras que usar “y” adiciona.
Esto no quiere decir que debas eliminar la palabra “pero” de tu vocabulario. Lo que te estoy recomendando funciona exclusivamente en situaciones en las que quieres expresar una opinión balanceada que se entienda claramente, en dónde muestres lo que te gusta y lo que no te gusta de la situación a la que te estás refiriendo.
