Las ideas más valiosas se pierden si no eres capaz de expresarlas claramente. Cuando estés convencido de algo y quieras que los demás puedan ver los beneficios de tu idea claramente, necesitas poder poner tus argumentos sobre la mesa de una manera corta y contundente.
Para eso puedes utilizar una estructura que te ayudará a que, con mucha claridad y pocas palabras, tu idea sea clara y sea convincente:
Problema, solución y beneficios
Para que una idea sea una buena idea, debe resolver un problema y empezar por ahí te garantiza la atención de los que te escuchan. Todos queremos resolver problemas y si alguien tiene una idea que nos ayuda a hacerlo, estamos listos para escuchar.
Tener un problema no es lo mismo que saber que hay un problema. Tu misión es mostrarles que hay algo que no está del todo bien, que no funciona, para luego lanzar tu idea en forma de solución.
Por ejemplo, si tu idea es que deberían adquirir una plataforma colaborativa para usarla durante las reuniones virtuales, no funciona que simplemente lo lances así no más, sin previamente encargarte de mostrar el problema que tu idea resuelve.
Podrías comenzar, por ejemplo, por decir “perdemos mucho tiempo en las reuniones por no tener un lugar en el que todos vayamos viendo las conclusiones de la junta”.
Para que esto funcione, es importante que al expresar el problema lo hagas siempre pensando en el punto de vista de quién te escucha. No se trata de exponer tu problema, sino el problema de tu interlocutor. Piensa en qué es lo que a esa persona no le está funcionando que con tu idea estaría mejor.
Así que comienzas por el problema, luego expones tu idea y terminas con los beneficios que esa idea trae, nuevamente pensando en quien te escucha.
“Conozco una plataforma que nos ayudaría a que las reuniones fueran mucho más efectivas” (esa es la idea), “no es costosa, es fácil de manejar y podemos probarla sin costo durante 14 días” (ahí van los beneficios).
Recuerda que vas a ser mucho más efectivo al expresarte si lo haces de manera corta, clara y concreta y una buena estructura te ayuda a no extenderte más de la cuenta y perderte en el camino.